Avanzar en la electrificación de la demanda, incrementar la penetración de las fuentes renovables, extender los combustibles sintéticos y los biocombustibles, desarrollar las moléculas verdes como el biometano o el hidrógeno, e impulsar el almacenamiento, tanto hidráulico como en baterías. Por ahí pasa el futuro del sector, como ha señalado hoy nuestra responsable de Transición Energética, Andrea Miguez da Rocha. En la jornada “A dimensión enerxética do desenvolvemento industrial en Galicia”, celebrada esta mañana en Santiago de Compostela, ella lo ha resumido así: “Creemos que el mañana va a necesitar un mix de tecnologías, y que ninguna de forma aislada va a ser suficiente”.
Junto con portavoces de RESONAC – Graphite Business Unit, la Oficina Económica de Galicia y la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (ael?c), Míguez da Rocha ha participado en una mesa de debate moderada por la subdirectora xeral de Enerxía e Planificación de Recursos de la Xunta de Galicia, Paula Oliete Trillo. En ese foro ha explicado cómo Reganosa inició hace 10 años un proceso de internacionalización que la ha llevado a operar activos energéticos clave en Europa, Asia y África, y ha expuesto cómo la compañía se haya inmersa ahora en una diversificación en los ámbitos de la eficiencia, el almacenamiento, la generación con renovables y el hidrógeno verde.
“Estamos desarrollando -ha expuesto- una cartera de proyectos en Galicia que buscan contribuir a descarbonizar la economía, impulsar nuestra soberanía energética, reforzar la seguridad de suministro y llevar a cabo una transición realmente justa e inclusiva”. Varias de esas iniciativas se concentran en torno a As Pontes de García Rodríguez (A Coruña), se encuentran en un estado de madurez técnica y administrativa avanzado, han sido declaradas estratégicas por las autoridades, y pivotan sobre la sostenibilidad económica, social y ambiental.
De cara a afrontar los grandes desafíos del sector, Míguez da Rocha ha abogado por implementar una nueva planificación de infraestructuras que aúne electricidad y gases, que tenga en cuenta todas las fuentes de generación, y que pondere adecuadamente dónde está la demanda. “Nos encontramos en un momento de gran incertidumbre, con desafíos como la disponibilidad de infraestructuras para consumir y evacuar la energía; los promotores ignoramos cuándo van a estar disponibles”, ha remarcado.
Entre otros factores que dificultan igualmente el desarrollo de proyectos ha citado los estrictos requisitos regulatorios que marca Europa para la producción de hidrógeno renovable, la inadecuada correspondencia entra la madurez de las iniciativas y el diseño de las ayudas públicas para impulsarlos, y la actual desconexión de producción y consumo en los nuevos mercados. “Y no nos podemos olvidar del almacenamiento, donde no sabemos cómo se va a estructurar el mercado de capacidad”, ha apostillado.
